Protección del flamenco altoandino y el desafío en la fiebre del litio
Realizaron diversas actividades para celebrar a los flamencos altoandinos en San Pedro de Atacama y Toconao. Instituciones trabajan por concientizar respecto a las principales amenazas que tienen estas aves.
Andre Pierre Malebrán Tapia
A pocos días del anuncio de la Política Nacional del Litio y en el marco del Día Internacional del Flamenco, la Fundación MERI, de Filantropía Cortés Solari y Zoológico Nacional estuvieron en San Pedro de Atacama y Toconao celebrando y promoviendo el cuidado de los flamencos altoandinos que habitan los salares regionales de Antofagasta.
Por medio de la campaña "Aún Estamos a Tiempo", ambas instituciones que trabajan juntas en el marco de la alianza SAFE-Flamencos Altoandinos desde 2021, buscan concientizar respecto a las principales amenazas de origen humano, teniendo en consideración que en los últimos años la población de estas aves ha disminuido en un 12%.
En Chile habitan tres de las seis especies de flamenco existentes en el mundo; de James, chileno y andino, y es esta última especie la que cuenta con la población más baja de los tres: solo 40 mil aves a nivel global, de loscuales 19 mil habitan en Chile.
Conservación
Una de las principales amenazas para estas aves es la minería de litio. Diversos estudios indican que una tonelada de litio implica extraer 400 mil litros, lo que genera un aumento de las concentraciones de sales y un desbalance en estos ecosistemas ricos en biodiversidad, lo que provoca que migren en búsqueda de fuentes de alimento. Otras amenazas corresponden al turismo no regulado y a los ataques de mascotas sin supervisión.
Guillermo Cubillos, encargado de la Sección de Educación, Conservación e Investigación del Zoológico Nacional de Parquemet, detalla: "Nuestro equipo lleva años trabajando en el Programa de Conservación de Flamencos Altoandinos, de manera colaborativa con las comunidades locales y la Fundación MERI. La estrategia nacional del litio viene ahora a constituir un marco en donde nosotros podemos aportar con información científica válida para la conservación y buenas decisiones sobre nuestro territorio. Y este trabajo no lo podemos hacer solos, debemos incluir a las comunidades locales y de esta manera maximizar el impacto de la conservación en el territorio".
En conversación con La Estrella, el especialista del Zoológico Nacional menciona que durante la observación que han realizado los equipos en el monitoreo de las especies, ha sido posible constatar que grupos se desplazan entre salares similares del norte de Argentina y el sur de Bolivia, además del movimiento a otras zonas del altiplano nacional.
De esta manera, Zoológico Nacional lidera las expediciones científicas y el análisis de datos de los transmisores satelitales que son instalados en los flamencos para estudiar sus conductas migratorias. Juntos han desarrollado con éxito este programa de conservación para la cuenca de Atacama.
Expedición
Durante las jornadas del Festival de Los Flamencos Altoandinos, además realizaron charlas educativas y actividades recreativas en las plazas de San Pedro de Atacama y Toconao y ejecutaron el programa de educación ambiental "Guardianes de los Flamencos" a estudiantes de enseñanza básica de la zona.
La Fundación MERI colaboró con Conaf este verano en el desarrollo del Censo de Flamencos Altoandinos durante el periodo de anidación, que comprendió una expedición a 15 sistemas hidrológicos de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, entre los que se encuentran 13 lagunas y salares.
El objetivo principal fue levantar evidencia científica respecto a cómo se compone la población de flamencos y su vinculación con el entorno, para colaborar con el sector público y la sociedad civil en fortalecer la ciencia, la educación ambiental y la incidencia para la conservación.
Dominique Durand, directora de Proyectos Especiales de Fundación MERI explicó que "el flamenco es un ave biocultural de la zona que está siendo amenazada por las actividades humanas, por lo que con mediante la educación ambiental MERI, de la mano de Zoológico Nacional, buscamos entregar herramientas, concientizar y sensibilizar a las comunidades para cuidar a sus ecosistemas".
"Desde nuestro modelo de Conservación Efectiva, la comunidad tiene un rol movilizador fundamental y la recepción ha sido maravillosa, quieren aprender porque sienten un vínculo con la naturaleza", agrega.
Durand indica que los "flamencos no son frágiles, porque son una especie muy resistente que logra adaptarse con el movimiento y también gracias a sus plumas que son el aislante perfecto para soportar los cambios bruscos de temperatura entre día y noche, propios de la zona norte.
"El problema es que los ecosistemas que habitan son muy particulares y están muy amenazados. Por ejemplo, en el caso de las lagunas hipersalinas, si alteras el nivel de agua el grado de salinidad aumenta perjudicando la vida de las artemias (microcrustáceos) y fitoplancton, ambas fuentes de alimento de los flamencos. Esto incrementa la fragilidad del ecosistema y genera que los flamencos migren para encontrar nuevas formas de alimentarse. Por lo tanto, los ecosistemas se encuentran vulnerables", añade la especialista.
Los encargados de los mencionados proyectos afirman que hay estudios que dicen que las poblaciones de flamencos en la zona han disminuido y otros dicen que se han desplazado. Sin embargo, ambas tienen relación con al impacto antrópico, es decir, de las actividades humanas en el lugar, que afectan el hábitat de los flamencos. Entre ellas, como ya se ha mencionado anteriormente, se encuentra la minería del litio y el turismo no regulado.
Ambos especialistas recalcan a La Estrella la importancia de contar con mayor conocimiento sobre el comportamiento de la especie, y para ello se sigue profundizando en generar vínculos con pares de otros países de la zona, esperando así que los futuros agentes de cambios continúen con la labor sensibilizadora.
En conversación con La Estrella, el especialista del Zoológico Nacional menciona que durante la observación que han realizado los equipos en el monitoreo de las especies, ha sido posible constatar que grupos se desplazan entre salares similares del norte de Argentina y el sur de Bolivia, además del movimiento a otras zonas del altiplano nacional.
De esta manera, Zoológico Nacional lidera las expediciones científicas y el análisis de datos de los transmisores satelitales que son instalados en los flamencos para estudiar sus conductas migratorias. Juntos han desarrollado con éxito este programa de conservación para la cuenca de Atacama.
Expedición
Durante las jornadas del Festival de Los Flamencos Altoandinos, además realizaron charlas educativas y actividades recreativas en las plazas de San Pedro de Atacama y Toconao y ejecutaron el programa de educación ambiental "Guardianes de los Flamencos" a estudiantes de enseñanza básica de la zona.
La Fundación MERI colaboró con Conaf este verano en el desarrollo del Censo de Flamencos Altoandinos durante el periodo de anidación, que comprendió una expedición a 15 sistemas hidrológicos de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, entre los que se encuentran 13 lagunas y salares.
El objetivo principal fue levantar evidencia científica respecto a cómo se compone la población de flamencos y su vinculación con el entorno, para colaborar con el sector público y la sociedad civil en fortalecer la ciencia, la educación ambiental y la incidencia para la conservación.
Dominique Durand, directora de Proyectos Especiales de Fundación MERI explicó que "el flamenco es un ave biocultural de la zona que está siendo amenazada por las actividades humanas, por lo que con mediante la educación ambiental MERI, de la mano de Zoológico Nacional, buscamos entregar herramientas, concientizar y sensibilizar a las comunidades para cuidar a sus ecosistemas".
"Desde nuestro modelo de Conservación Efectiva, la comunidad tiene un rol movilizador fundamental y la recepción ha sido maravillosa, quieren aprender porque sienten un vínculo con la naturaleza", agrega.
Durand indica que los "flamencos no son frágiles, porque son una especie muy resistente que logra adaptarse con el movimiento y también gracias a sus plumas que son el aislante perfecto para soportar los cambios bruscos de temperatura entre día y noche, propios de la zona norte.
"El problema es que los ecosistemas que habitan son muy particulares y están muy amenazados. Por ejemplo, en el caso de las lagunas hipersalinas, si alteras el nivel de agua el grado de salinidad aumenta perjudicando la vida de las artemias (microcrustáceos) y fitoplancton, ambas fuentes de alimento de los flamencos. Esto incrementa la fragilidad del ecosistema y genera que los flamencos migren para encontrar nuevas formas de alimentarse. Por lo tanto, los ecosistemas se encuentran vulnerables", añade la especialista.
Los encargados de los mencionados proyectos afirman que hay estudios que dicen que las poblaciones de flamencos en la zona han disminuido y otros dicen que se han desplazado. Sin embargo, ambas tienen relación con al impacto antrópico, es decir, de las actividades humanas en el lugar, que afectan el hábitat de los flamencos. Entre ellas, como ya se ha mencionado anteriormente, se encuentra la minería del litio y el turismo no regulado.
Ambos especialistas recalcan a La Estrella la importancia de contar con mayor conocimiento sobre el comportamiento de la especie, y para ello se sigue profundizando en generar vínculos con pares de otros países de la zona, esperando así que los futuros agentes de cambios continúen con la labor sensibilizadora.