El James Webb dejará ver desde el Big Bang hasta la habitabilidad de planetas
Científico de la NASA detalla lo que traerá para la humanidad el telescopio que acaba de compartir sus primeras imágenes. "Es como una máquina del tiempo", compara.
Agencia EFE
El telescopio espacial James Webb ha entregado esta semana sus primeras imágenes y con ellas ha empezado a ensanchar la observación humana del cosmos, del que se podrán conocer ahora sus primeras estrellas, galaxias y "los primeros instantes" tras el Big Bang, como dijo en entrevista con Efe el científico de la NASA Lucas Paganini.
"Nos va a permitir observar lo que ocurrió en los primeros instantes de la creación del universo", recalcó el investigador planetario, para quien el telescopio James Webb, hasta la fecha el más grande (del tamaño de una cancha de tenis) y potente que se ha enviado al espacio, es "una máquina del tiempo" que revelará lo que pasó hace "miles de millones de años".
Si su antecesor, el telescopio Hubble, permitió ver la "adolescencia del universo", el Webb y su tecnología a base de la visión infrarroja, que penetra el polvo y gas cósmico, permite poner el ojo humano en "las primeras etapas de su niñez", subrayó Paganini, nacido en Argentina.
"Abre una nueva etapa muy emocionante de exploración espacial", resaltó.
Lo que resolverá
La comunidad científica está de acuerdo en que tras esa gran explosión que dio origen al universo, teoría que se conoce como el "Big Bang", todo el cosmos era un manto de hidrógeno y helio, en un periodo llamado Universo Temprano.
No hay consenso, sin embargo, en cómo de esa primera etapa de cientos de millones de años se dio paso a las estrellas, galaxias y los diversos planetas observables en la actualidad, además de las condiciones que hicieron y todavía hacen posible la vida.
Esa nebulosa científica se debe en gran medida a la falta de herramientas adecuadas de exploración y, por ello, el telescopio James Webb supone "la pieza que falta en el rompecabezas", dijo Paganini, algo que va a permitir ver a los científicos "más profundamente en el espacio y más allá en el tiempo".
Nuevas preguntas
Las nebulosas de Carina y del Anillo del Sur, así como el grupo compacto de galaxias conocido como el Quinteto de Stephan, ubicadas en la constelación de Pegaso, han sido algunas de las primeras imágenes publicadas por la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA, por sus siglas en inglés).
Todas ellas se han revelado con una claridad nunca antes vista y, como dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, durante la presentación el martes, "muestran cómo Webb ayudará a descubrir las respuestas a las preguntas que aún no sabemos hacer; preguntas que nos ayudarán a comprender mejor nuestro universo y el lugar de la humanidad dentro de él".
Otra de las imágenes del telescopio corresponde al espectro del exoplaneta WASP-96 b, un planeta caliente e "inflado" fuera de nuestro sistema solar que revela señales inconfundibles de agua, tal como destacó la NASA, que de la mano del nuevo telescopio se dispone ahora a "estudiar cientos de otros sistemas para entender de qué están hechas otras atmósferas planetarias".
Paganini destaca que Webb, que fue lanzado al pasado día de Navidad y está ubicado a 1,5 millones de kilómetros, permitirá buscar en exoplanetas "huellas químicas de habitalidad que eventualmente darán información sobre si existen condiciones que puedan sustentar vida en otros mundos".
Ve muy improbable que el telescopio permita descubrir vida inteligente más allá de nuestro sistema solar, pero sí que pueda "caracterizar la atmósfera de otros planetas".
"Planetas que se parecen al nuestro y que podrían albergar vida", agregó.
"Sin duda, en los próximos 20 años habrán descubrimientos que hoy en día no podemos imaginar", agregó el científico, quien no duda en calificar de "privilegio único" la posibilidad de contar con esta "ventana" a la profundidad del espacio.
Prodigio mecánico
El telescopio James Webb, que ha sido diseñado para que opere un mínimo de cinco años, es un prodigio mecánico cuyo espejo principal de 6,6 metros y un área de 25 metros cuadrados consta de 18 segmentos de berilio cubierto de una capa de oro.
Su concepción y creación ha demandado más de dos décadas de trabajo, además de una fuerte cooperación internacional, como se puso de relieve en la presentación de sus primeras imágenes, las cuales fueron seleccionadas tras un proceso de varios meses.
Es una herramienta que cambiará la comprensión del universo, y que de paso puede hacer sentir insignificante la huella humana en el cosmos, aunque Nelson resaltó la "perseverancia" e "inspiración" que han despertado todos los implicados en su construcción.
"Es realmente increíble el nivel de emoción a nivel global, es muy bonito de ver que la gente se emociona tanto", reconoció Paganini.
"En los próximos 20 años habrán descubrimientos que hoy en día no podemos imaginar.
Lucas Paganini, científico de la Nasa