Llamas obligaron evacuar la Biblioteca Municipal y recordaron incendio de 2015
Amago se registró en la sala de lectura y literatura chilena del recinto.
Redacción - La Estrella de Antofagasta
Eran cerca de las 9.50 horas cuando el Cuerpo de Bomberos de Antofagasta despachó ayer unidades de la Primera, Cuarta y Sexta compañías hasta la esquina de San Martín con Sucre, en pleno centro de la capital regional.
¿El motivo? verificar el humo que salía desde la Biblioteca Municipal N°120 "Isaac Arce", en lo que resultó ser un principio de incendio que trajo a la memoria el incendio que afectó a las mismas instalaciones el 28 de julio de 2015.
La emergencia, que llevó a los voluntarios a realizar trabajos de ventilación del recinto, obligó la evacuación de 10 trabajadores y se esperaba el informe que evacuara Bomberos para contar con mayores antecedentes respecto a su origen y causa.
Las llamas surgieron en la Sala de Lectura y Literatura Chilena, consumiendo algunos textos y especialmente cuadros- pinturas y fotografías - que estaban apoyadas sobre estantes, ya que próximamente serían parte de una exposición en la Sala de la Cultura, se indicó.
Los trabajos habían sido realizados por artistas locales con el Fondo de Empleabilidad y donados por la Secretaría Regional Ministerial de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
La biblioteca, en tanto, se apresta ya a abrir sus puertas al público, a fin de mes, tras un cierre obligado por la pandemia. Según se informó, a raíz del hecho, no hubo ayer daños a la infraestructura.
Incendio
Una suerte muy distinta a la que corrió el 2015, cuando un incendio afectó gran parte de las instalaciones y destruyó diversas colecciones. Debido a ello, incluso, permaneció cerrada por varios años.
Lo paradojal de esa emergencia es que se desató tras concluir en el Teatro Municipal un simulacro de incendio, en el que participaron 300 estudiantes.
Mientras aún los organizadores del ejercicio se felicitaban por su éxito y las unidades ya se retirarían, debieron quedarse tras escucharse el grito "¡se está quemando la biblioteca!". Comenzaba, así, el real incendio.