La desconocida sala de cine arte que es parte del Universo Marvel
Desde animaciones censuradas, pasando por íconos del cine porno, y celuloides que nunca llegaron a las pantallas comerciales, este lugar es un santuario del séptimo arte y Reg es su creador.
Andre Pierre Malebrán Tapia
Cuando Reg Hartt enseñó por primera vez a la audiencia canadiense la controversial cinta Boys in the Sand ("Chicos en la Arena" de W. Poole, 1971), lo hizo como siempre, provocando. La obra, un largometraje pornográfico referenciado en el inicio de la Edad de Oro del porno -un año antes que Garganta Profunda (1972)-, e ícono de movimientos de liberación gay en ciudades de Norteamérica, dividía opiniones en la conservadora sociedad torontoniana de los setenta. Pero ese tipo de detalles no le preocupaban, lo incentivaban.
Una década antes, en los sesenta, Reg proyectaba su colección en bibliotecas con obras más antiguas o producciones independientes que nadie se atrevía a mostrar. Recorrió boutiques y centros bohemios donde hasta hoy artistas y autores presentan sus trabajos. Y ha sido tanto el material reunido que ahora dirige un centro cultural en el barrio, donde cuenta con una amplia colección de artículos cinéfilos y una sala con capacidad para 40 personas. En un artículo describen al lugar como "el cine más íntimo de Toronto", en otro lo llaman "la experiencia cinematográfica de culto". Su nombre: CineForum.
El curador y activista, ahora de 75 años, viste de negro y de pie junto a la pantalla nos introduce su obra seleccionada: Just a Gigolo ("Gigoló" de D. Hemmings, 1978) será la segunda proyección de la velada. Saludo a Reg, y abro paso para que salgan los que ya terminaron la anterior. Vieron una de Buster Keaton, lo sé porque el anfitrión nos entrega volantes con la programación del mes mientras acomoda las sillas de la primera fila. En total somos cinco, y considerando que todavía faltan para las 9 nos dice que antes de que cierren aprovechemos de ir a comprar si queremos tomar algo. Minutos después regresamos con unas cervezas y nos sentamos a conversar.
A paredes y estantes del salón les adornan máscaras, afiches firmados por actores, y un sinfín de artículos que diferentes personalidades de la industria aportaron en su causa. "Estos afiches son los del Reg Hartt Film Fest […]", nos dice apuntando hacia una pared del pasillo de entrada. Miramos comedidos hacia dónde se nos dice. Hay varios papeles publicitando el mencionado festival. Nosferatu y Dalí con sus bigotes doblados aparecen entre las impresiones. "[…] Ahora vengan a ver esto -siguió exponien-
"La parte más difícil de hacer las cosas es saber administrarlas. Si puedes lidiar con eso, entonces puedes hacer un gran trabajo"
Reg Hartt,, activista, curador y analista cinematofráfico.