Rescatan dos tortugas marinas que no podían sumergirse
Especies fueron recuperadas en playas locales y estaban intoxicadas con plástico.
Ricardo Muñoz E./Redacción - La Estrella
Síndrome de Boyantes es el nombre que recibe el mal que imposibilita a las tortugas marinas a sumergirse, causando un grave peligro para le vida de estos reptiles y eso fue precisamente lo que tenían dos ejemplares de la especie "oliváceas" (Lepidochelys olivacea), las que fueron recuperadas por el Centro de Rescate y Rehabilitaci´{on de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta (UA).
Sólo con 15 días de diferencia dos tortugas de esta especie lamentablemente se encontraban afectadas por esta condición, también llamada Síndrome de Boya (por su imposibilidad de inmersión), flotando a la merced de sus depredadores en las costas de Antofagasta.
Ambas tortugas no sólo tenían este síndrome, sino que también lesiones en su caparazón y se encontraban desnutridas, además de deshidratadas.
Lo más preocupante del Síndrome de Boyantes es que está asociado directamente a la actividad humana, específicamente a la ingesta de plástico por parte del reptil y basura que es lanzada al mar, aunque también puede ocurrir por golpes accidentales o alguna infección intestinal causada de forma natural.
Esto causa gases en el tracto digestivo de las tortugas, lo cual provocará que pierdan su capacidad para sumergirse, por lo que quedarán a la deriva, sin poder alimentarse y expuestas a ser atacadas por depredadores o chocar contra embarcaciones, una condición que podría extenderse incluso durante meses.
Con ello, el pronóstico de supervivencia que tendrán las tortugas que se encuentren con este síndrome será bastante bajo. Sin embargo, hay algunas que sí pueden ser rescatadas como estos dos casos.
El biólogo marino explica que la basura plástica se ha convertido en la principal amenaza para las especies que habitan en el océano, incluidas las tortugas, que la confunden con alimento y la ingieren. Como resultado, se llenan de gases y dejan de alimentarse porque no pueden sumergirse para cazar.
"Lo positivo es que pueden estar meses sin comer, porque al ser reptiles, tienen un metabolismo muy lento, eso las favorece y las ayuda a sobrevivir", describe Joselyn Núñez, profesional del centro de rescate universitario.
Además, al estar expuestas, sus caparazones son invadidos por epibiontes (pequeños organismos que crecen sobre ellas) y comienzan a llenarse de algas, lo que dificulta aún más cualquier movimiento.
"Tuvimos una tortuga que llegó con todo su aparato digestivo obstruido y después de un buen tiempo, en sus fecas apareció una cinta larga de un casete de música y una etiqueta de bebida. Cuando revisamos la etiqueta nos dimos cuenta que esa marca de refresco se comercializaba en Panamá" afirma el director del Centro de Rescate de la UA, el doctor en biología marina Carlos Guerra.
Durante los últimos 15 días estas dos tortugas fueron rescatadas tanto en la playa La Chimba, como en el sector del Balneario Municipal. Ambas además sufrieron una sobre exposición solar. Actualmente se están recuperando en el Centro de Rescate, donde permanecen en piscinas artificiales con agua de mar a una temperatura que oscila entre los 20 y 24 grados.
Ante su incapacidad de comer de manera autónoma, son alimentadas con una sonda que les provee una papilla de pescado fresco con multivitamínicos.
"Como están obstruidas dejan de comer, bajan de peso, disminuyen su capacidad metabólica y todo eso les puede generar un colapso multisistémico. Para evitarlo, las estamos alimentando vía sonda directa al esófago", comenta la médico veterinaria, Constanza Rodríguez Peña, otra profesional del centro.
La tortuga que fue rescatada la playa La Chimba tiene una fractura en el centro de su caparazón y en sus fecas se han encontrado residuos de plástico tubulares similares a las bombillas que se utilizan para beber jugo. El otro ejemplar presentaba un desprendimiento completo en la esquina baja de su corteza, lo que se podría deber a chocar con rocas.
Serán varios meses en que se estarán recuperando, pero los especialistas ya ven un buen pronóstico.
"Como están obstruidas dejan de comer, bajan de peso y eso les puede generar un colapso multisistémico".
Constanza Rodríguez, veterinaria