Chilenos han estrechado lazos con sus madres producto de la pandemia
Las circunstancias los han llevado a tratar temas nuevos y conocerse más profundamente. Una psicóloga explicó la razón.
Natividad Espinoza R.
"Antes de la pandemia yo veía a mi mamá semana por medio o a veces incluso menos. Generalmente nos juntábamos a almorzar y hablábamos de la vida cotidiana, pelábamos a los políticos, hacíamos bromas y nos intercambiábamos recetas de cocina. Ahora, en cambio, nos vemos al menos una vez a la semana y hablamos de nuestros sentimientos, miedos e inseguridades".
Para la diseñadora gráfica Isidora Rodríguez (30) la relación con su madre es uno de los pocos lazos que ha podido estrechar durante estos tiempos difíciles y es algo que rescata y atesora entre tanta adversidad.
Tal como ella hay varios chilenos que el último año se han acercado a sus progenitoras y hoy las conocen y confían en ellas más que en los tiempos "precovid".
Es también el caso de Juan Olivos (34), dedicado al comercio y al turismo. Para él, de hecho, el acercamiento fue más evidente.
"Yo vivía en Villarrica y por la pandemia me vine a Santiago de nuevo, a vivir con mi mamá. La verdad es que hemos discutido bastante, pero también hablado mucho y muy bien. Yo creo que hay que saber enfrentar las discusiones y aún estamos en ese proceso", contó.
En cuanto a los temas que más han tocado, Olivos destacó la relación de su madre con los progenitores de ésta, que es algo que no habían abordado en el pasado.
Tal como él, volvió a vivir con su mamá el músico Ulises Castro (33), quien de Valparaíso viajó a La Serena para acompañarla.
"A pesar de tener 77 años, mi madre es bastante activa e independiente, pero sufrió una neuronitis vestibular que la dejó incapacitada varios meses. Yo la ayudé con su rehabilitación y eso nos unió mucho. Luego, un día, descubrimos que prendíamos el televisor sólo como ruido blanco, un gasto de energía inútil. Así, optamos por desayunar juntos y conversar y hoy sé mucho más que antes de su historia personal y familiar. He aprendido a asistirla sin invadir y ella a aconsejarme sin incomodar", manifestó Castro.
¿por qué esta unión?
La psicóloga Katherine Ossa (@ps.katherineossa) explicó que estos acercamientos pueden deberse a que "el vientre materno es nuestro primer refugio. Sin importar nuestro sexo, género, nacionalidad o condición, todos vivimos la experiencia de estar conectados en un mismo cuerpo, siendo una experiencia transversal para cada uno de nosotros. Cuando nos vemos expuestos a estímulos y situaciones de peligro, identificamos desde ese remezón que existe nulo control del exterior".
"Es ahí cuando de manera innata e instintiva surge la necesidad de recurrir a esa zona de refugio y protección que nos vuelve a conectar con la base de la vida: el vínculo materno que nos entrega calma, protección y tranquilidad, devolviéndonos la sensación de estar a salvo y fuera de peligro", agregó.
"(En situaciones de peligro) surge la necesidad de recurrir a esa zona de refugio y protección".
Katherine Ossa, Psicóloga