Trasladan a tercer paciente Covid extremadamente crítico
Joven de 47 años fue derivado desde Calama al Hospital Regional, siendo conectado a una ECMO, máquina que es su última esperanza para mantenerse con vida.
En un menos de un mes un nuevo paciente Covid extremadamente crítico fue trasladado de Calama hasta el Hospital Regional de Antofagasta y conectado a una máquina ECMO, conocida como la última esperanza para mantener a una persona con vida.
Este procedimiento de alta complejidad ocurrió cerca de las 2:00 de la madrugada de ayer, en un trabajo en conjunto entre el Hospital Carlos Cisternas, el Servicio de Asistencia Médica de Urgencias (Samu) y los profesionales del HRA.
"La preparación la hicimos cerca de las 2 de la tarde porque nos necesitaban para rescatar a un paciente joven, de 47 años, con Covid-19 muy grave y que con la ventilación mecánica ya no era posible tenerlo con vida", afirma el cirujano cardiovascular del HRA, el doctor Andrés Pumarino.
El especialista explica que para tratarlo, el joven debió ser conectado a la ECMO, "la que en el fondo es como un pulmón artificial, que permite sacar la sangre del paciente, oxigenársela y devolvérsela a través de unas cánulas especiales que se utilizan en estos casos". Tal dispositivo es utilizado cuando existe un daño severo.
Para efectuar este procedimiento se requirió de un ambulancia especialmente equipada y una camioneta de respaldo en caso de que el paciente se descompense en el trayecto.
El equipo que salió al rescate del paciente estuvo compuesto por un cirujano y un cardiocirujano, el anestesista, un perfusionista (encargado de operar la máquina de circulación extracorpórea, Ecmo) y una intrumentista cardiovascular.
Esa última función es la que cumplió Pamela Aros, quien afirma que "soy la encargada de ordenar las guías, tomar todo el instrumental. Me preocupo mucho de la esterilidad y la desinfección del personal".
"Fue un viaje agotador, pero lo que nos llevamos de esta situación es que los familiares del paciente nos miraron con esperanza... Es nuestro tercer ECMO pulmonar en la pandemia, algo de lo que somos pioneros en la Macrozona Norte", agrega la personal.
"De vuelta son tres horas de viaje a velocidad constante y tenemos que preocuparnos que ésta no desestabilice al paciente, porque cualquier movimiento nos puede llevar a que decaiga", añade la enfermera reanimadora del Samu, María José Oporto, quien agrega que su función estuvo centrada en la ventilación mecánica del afectado y de su traspaso de la ambulancia a la cama UCI.
Finalmente, el jefe de la UCI Cardiovascular, el doctor Javier Labbé, explica que ahora "se vienen unas dos o tres semanas duras con el paciente, intentando sacarlo de su grave condición que lo llevó a requerir el ECMO, la cual sólo le da tiempo que no tenía para que se recupere, pero no es la solución".