Club de trekking sale por los cerros aprovechando la franja horaria
En tres horas, recorren las quebradas y sectores ocultos de Antofagasta. "En la misma Coviefi hay muchas cosas que hacer", cuenta la presidenta de Arrebol.
Cada domingo por la mañana, Jadranka Zlatar junto a un grupo de antofagastinos del Club Arrebol, se juntan antes del alba para recorrer las quebradas y cerros de la capital regional. Aprovechando las tres horas que existen de franja de actividades físicas (entre las 6 y las 9, los fines de semana), se reúnen en un punto y salen, bastón en mano, a trepar la geografía nortina.
"Estamos saliendo en grupos pequeños sí, no más de seis personas", cuenta Zlatar, presidenta del club antofagastino, sobre las medidas que toman por la pandemia. "Hemos tratado de hacerlo en dos grupos, uno en el lado norte y otro en el sur", dice.
Uno de los últimos recorridos que han hecho es al sector de Alto Carrizo, en la salida sur de Antofagasta. El domingo pasado, de hecho, el grupo vio el amanecer en un mirador cercano a la Coviefi. Antes, cuando había más tiempo y el virus no impedía hacer deporte, llegaron a recorrer la ciudad desde La Chimba a Coloso, pero por arriba. "Estuvimos un fin de semana completo caminando, la idea era hacerla sin tener que bajar a la ciudad. Teníamos que hacer un buen proyecto del agua que llevamos, alimentación, todo".
Travesías
A juicio de la dirigenta del club de trekking, la ciudad tiene muchas rutas para disfrutar, pero el turismo no lo ha potenciado. "En la misma Coviefi hay muchas cosas que hacer", plantea Zlatar. Arrebol nació hace dos años como un club de amigos donde uno de los intereses era la pasión por el trekking. A medida que fue pasando el tiempo, fueron sumando más interesados en esta disciplina y ahora los socios suman la treintena.
Posteriormente, han ido a acampar a Juan López, haciendo la ruta costera de Morro Moreno (ya que no se puede subir a la cumbre) y también volcanes. De hecho, estaba el proyecto de ir al Láscar, pero la pandemia impidió concretar ese sueño. Y como no todas las personas pueden ir en ciertos horarios, cada fin de semana están yendo grupos distintos.
"Hemos tratado de capacitarnos lo más posible, y cuando llega alguien que no sabe mucho (de trekking), le enseñamos, le explicamos de qué se trata. Nunca le exigimos que la primera vez tienen que comprar zapatos o cosas especiales. Si les gusta, invierten en unos buenos zapatos, bastones que te ayudan mucho", cuenta.
"Antofagasta tiene mucho que hacer, hay muchas rutas. Lo que pasa es que no se hace mucho turismo acá".
Jadranka Zlatar,, presidenta del club de trekking, Arrebol.
Ignacio Araya ignacio.araya@estrellanorte.cl