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tuvo su peak de comienzo de año el 25 de marzo con más de nueve mil 600 contagios diarios.
Sin embargo, el azote de esta segunda ola es algo que no tiene comparación: el 2 de noviembre se reportaron más de 55 mil personas infectadas e informadas en una sola jornada, un aumento del 473% entre ambas cifras tope, aunque desde entonces y tras la aplicación de medidas preventivas, la curva comenzó a bajar con ciertos vaivenes.
Francia es otro de los países más afectados por el coronavirus, sumando el acumulado de más de dos millones 321 mil contagios totales y que en la primera ola alcanzó el máximo de 26.847 nuevos casos sólo el 12 de abril.
Sin embargo, ya el pasado 6 de noviembre los franceses informaban al mundo que habían batido su propio récord al sumar más de 60 mil 700 nuevos casos ese día.
A comienzos de marzo pasado Italia había recibido con mucha más fuerza el golpe de Covid-19 que otras naciones de la Unión Europea. El 21 de ese mes alcanzaron la cifra más alta con 6.557 casos.
No obstante, entre mediados de mayo y a fines de agosto, dicho país se mantuvo por debajo de los mil contagios diarios. Todo cambio desde entonces, con una curva en constante ascenso y que incluso el pasado 13 de noviembre llegó a registrar 40.902 personas infectadas en esa jornada.
Pero además, la península itálica está consternada. Ayer se dio a conocer que en dicho país durante el jueves se contabilizaron 993 fallecidos y se encamina al triste registro de 60 mil decesos en toda la pandemia.
Finalmente, en Reino Unido el ascenso de los casos Covid diarios pasó de los más de 5.400 de fines de abril a superar los 33.500 el 12 de noviembre pasado.
Si bien desde entonces la curva comenzó de nuevo a la baja, la estadística cobra más relevancia al ser la primera nación occidental del planeta en aprobar la distribución de la vacuna Pfizer-BioNTech, la cual comenzó a llegar desde el jueves y desde la próxima semana serán 80 mil las dosis disponibles para la población británica.
Prevenir la segunda ola
Una eventual segunda ola en Chile traería consigo una probable nueva sobreexigencia para la red de atención de salud, la cual entre mayo, junio y julio pasados, fue afectada por el desgaste de los peores días de la pandemia.
En el Minsal ya se está trabajando para evitar, retrasar o al menos recibir de mejor forma una posible segunda ola, con un aumento de camas críticas que sería similar al primero. Aunque hay que recordar que eso conlleva a generar turnos de 24 horas para el personal de la salud, por lo cual se necesitaría nuevamente la contratación de profesionales para evitar así el colapso.
Durante esta semana , el seremi de Salud (s) Manuel Herrera señaló que si es necesario se reclutarán más funcionarios para reforzar la red local y también en la misma cartera. Esto con el objetivo de fortalecer la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) que permita detectar casos Covid asintomáticos en las llamadas "zonas de calor".
Para ello ya se está trabajando con un software que permite calcular en qué sectores de la comuna hay más posibilidad de hallar a quienes estén portando el virus sin saberlo y así efectuar el testeo para aislarlos.
De manera paralela, hace algunas semanas entraron en funcionamiento las cuadrillas sanitarias, las que consisten en equipos de la Seremi de Salud que recorren distintos sectores de la ciudad con información sobre cómo prevenir los contagios, sobre todo durante la temporada estival en la que se tiende a evidenciar un relajo en el autocuidado, al igual que un aumento de la movilidad.
Una de las tareas también para fortalecer la estrategia frente a una posible segunda ola es la de aumentar la proporción de contagios que provienen de un contacto estrecho. Es decir, que la persona infectada tenga certeza dónde o cómo se habría infectado, para así facilitar la trazabilidad.
En el más reciente informe TTA del Minsal, la Región de Antofagasta registró que dicha proporción era del 37,3%, cuando la recomendación de la autoridad sanitaria es que mínimo debe alcanzar el 60%.
Es decir, sólo el 37,3% de los contagios de la región reconoce que vienen de contactos estrechos y el resto no tiene claridad sobre cómo contrajo el virus.
Al respecto, el jefe de Salud Pública de la Seremi de Salud, Javier Mena, señaló que "cuando una persona sale positiva e indica quiénes son sus contactos estrechos, se espera que del 60 al 90% de las personas que salgan a la semana siguiente como caso vengan de este listado. Si la persona no sabe dónde se contagió es un mal indicador y quiere decir que la transmisión comunitaria se está diseminando cada vez más".
Añadió que es por eso que resulta necesario subir el porcentaje actual, para lo cual "necesitamos aumentar la búsqueda activa (personas que participen de los testeos PCR masivos) y declarar muy bien nuestros contactos estrechos. Si yo soy confirmado como Covid positivo, de verdad dar la lista de contactos y no para evitar que alguien entre en cuarentena omitirlo de este listado".
Si bien la planificación está pensada para un teórico peor de todos los escenarios, la idea es que esto no ocurra o al menos que suceda con el más bajo nivel de complejidad posible.
Por lo tanto, al mismo tiempo que se trabaja la estrategia de respuesta y en caso contrario, para afrontar la segunda ola de una manera más preparada que la anterior mientras está la esperanza de contar con una vacuna el próximo año, la principal medida de prevención sigue siendo el autocuidado: el distanciamiento físico, el uso de mascarillas y el lavado de manos.
La segunda ola está golpeando más fuerte que antes a otros países, pero en Chile y en la región aún se cuenta con tiempo para evitarlo. La tarea nos involucra a todos.