Jefa de aseo de la Unidad de Pacientes Críticos del HRA: "He visto a enfermeras llorar"
Rosario Encalada es testigo directo de la lucha del equipo médico. Ella recuerda los momentos más críticos vividos dentro del recinto y ahora dice que se ha detenido el ritmo frenético, pero sólo un poco y llama a no levantar la cuarentena.
Tal vez el rol que cumplen no es tan vistoso en esta pandemia por Covid-19 como a diferencia ocurre con los médicos, enfermeras, tens y otros profesionales de la salud, pero en ningún caso es menos importante. Al contrario, la labor que realizan es vital porque de ellos depende que en medio de pasillos y habitaciones del Hospital Regional de Antofagasta prime la limpieza.
"Sin aseo no hay salud", dice de entrada Rosario Encalada Valdivia, jefa de las otras 42 trabajadoras que realizan labores de higiene y limpieza en la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) de la concesionaria Siglo XXI del principal recinto médico de la macrozona norte.
El rol que cumplen ha sido primordial. Ellas son las que -entre otras labores- se encargan de limpiar todos los espacios que han recorrido los pacientes Covid, desde la urgencia, subiendo hacia las camas, en la unidad donde están los más críticos, donde estuvieron cuando mejoraron y también hasta que son dados de alta. "Todo el recorrido, hasta el ascensor que utilizaron", señala.
Estar ahí mismo, en el epicentro de la pandemia las ha convertido en verdaderos testigos silenciosos de la agresividad en la que el virus ha golpeado a la comuna. Eso lo notaron, sobre todo entre mayo y junio, cuando sufrieron parte del desgaste por la velocidad a la que llegaban los pacientes.
En marzo y abril pasado la situación era "relativamente normal", pero todo cambió a partir de mayo y junio, sobre todo ese último mes.
Rosario tiene dos fechas que no se borran de su memoria porque son claves, según lo indica: cuando comenzó la primera cuarentena en Antofagasta el pasado 5 de mayo y cuando ésta fue levantada 23 días después.
La jefa de los trabajadores de aseo señala que los días en cuarentena, si bien había una demanda de pacientes mayor que la normal, tampoco "era tanto". Pero el panorama cambió tras el levantamiento de dicha cuarentena.
"Fue algo desastroso porque llegaba la gente con cuadros críticos. A finales de mayo tuvieron que habilitar cuatro alas más Covid (de las que ya estaban), porque no había abasto (hay que recordar que el Hospital Regional inició la pandemia con 27 camas críticas y ya va en más de 100). Era caótico, los pacientes llegaban y llegaban, urgencia no daba abasto y las enfermeras ni comían, porque salían los pacientes y tenían que esperar camas para subirlos ahí, ambientar el piso...", afirma.
En su relato, Rosario reitera: "Mayo y junio, olvídese, fue caótico... en urgencias eran más de 50 pacientes...más. Yo le cuento los días que yo estuve, pero mis compañeras me decían que paraban, las niñas estaban agotadas y nosotras llegábamos solamente a dormir (...)", explica Rosario.
El estrés, el agotamiento, se hacía sentir con fuerza en el personal de limpieza.Si bien sus turnos son de 12 horas, el cansancio -en los peores momentos- fue extremo. A veces ni siquiera había tiempo para disfrutar de la colación, ya que el frenetismo fue pan de cada día. Los pacientes no dejaban de ingresar.
Rosario resume así la tarea para el caso de sólo un paciente: "supongamos que llega uno Covid y utiliza el Box 5 (urgencias), sube al sexto piso. Uno tiene que hacer el aseo desde el box 5 hasta donde se traslada el paciente, el ascensor donde sube, el baño...todo eso tenemos que sanitizarlo y vestidas todas como robot (por la mascarilla, lentes, pecheras, buzos, zapatos y el protector facial)".
Esa velocidad la recuerda así: "había pacientes que ya estaban recuperados y tenían que subirlos al séptimo piso, (ahí teníamos que) hacer el aseo, para que ingresara otro paciente grave al ventilador mecánico. Salía uno y entraba otro altiro. Nosotras en sólo media hora tenemos que tener terminados los pisos, las paredes, las máquinas, las ventanas...sanitizar todo...".
Y también está la carga emocional que deja la situación, sobre todo por el número de pacientes fallecidos, en medio del estrés de los pasillos: "Inclusive yo he visto enfermeras llorar", señala Rosario para referirse a que pese al esfuerzo, hay quienes no pueden ganar la batalla, una que se vive completamente aislado de familiares. "Es doloroso..."
Recuerda que también veía cómo los médicos y el resto del equipo clínico, estabas agotadísimos después de 24 horas intensas de turnos:
(Veía) "a las enfermeras cansadas, demacradas... horrible. A veces nos regalaban la colación y nos decían 'niñas, quédense con la colación, porque lo -único que queremos es descansar".
"No levanten la cuarentena"
Desde junio hasta la fecha se han trasladado 50 pacientes desde la región, 32 de estos procedimientos del Hospital Regional, como una forma de descongestionar. Con un promedio al día de alrededor del 80% de camas críticas ocupadas en dicho recinto, Rosario reconoce que el panorama actual es sólo un poco más favorable, algo que miden porque ahora al menos reconoce que pueden disfrutar la colación. Al menos se ha detenido ese ritmo tan frenético, pero advierte que en ningún caso se podría decir que es para alegrarse.
Al contrario, clama para que no se levante la cuarentena en el corto plazo: "porque la gente no tiene conciencia, la gente no entiende. Tendrían que vivirlo dentro del hospital para ver lo que la gente sufre".
42 Personas mantiene a su cargo Rosario Encalada, jefa de aseo de la Unidad de Pacientes Críticos.
12 Horas duran los turnos del personal de aseo, el cual cumple una labor fundamental.