Contraportada

Marcelo Macellari C.

Fabiana Cantilo viene regularmente a Chile desde los inicios de su carrera, allá por los años '80. Sin embargo, nunca ha sido parte del show del Festival de Viña del Mar. "Nunca me han invitado, quizás me tienen miedo, qué sé yo. Soy medio bestia, les traigo problemas, hablo de más. Jamás me han llamado, no entiendo qué pasó", dice al teléfono desde Buenos Aires la artista trasandina, quien actuará durante febrero en la Ciudad Jardín, claro que no en la Quinta Vergara, sino en el Enjoy.

Sobre el show que presentará en Viña el miércoles 19 de febrero, Cantilo adelanta que "habrá tango, rock y algunas canciones de mi nuevo disco, 'Cuna del piedra'". Y ante la pregunta si hay espacio para los grandes éxitos de su extensa carrera, responde: "No se preocupen, que los voy a tocar. 'Nada es para siempre' o 'Mi enfermedad' los canta directamente la gente, yo hago los coros. Me pueden pedir lo quieran".

"Cuna de Piedra", su nuevo álbum de estudio, la rockera trasandina lo grabó con instrumentos y sonoridad celta e incluye una canción para Charly García, otra para Fito Páez y una tercera para su gata Luna. Además, el material incluye mensajes del renacimiento personal de la cantante, quien es budista y vegana: "Llevo 7 años, 8 meses y dos días limpia, libre de toda sustancia, alcohol y todo. Y no porque era tan reventada, sino porque me quería limpiar. Tengo el deber de entregar a la gente un mensaje, como que todos juntos pensando a la vez somos muy poderosos y debemos pensar en lluvia para Australia".

La llamada "reina del rock" por la prensa argentina, quien en su inicios integró Bay Biscuits, Los Twist y la banda de Charly García, para luego dar paso a una exitosa carrera solista, comenzó una cargada agenda de 2020, que considera una presentación en Lollapalooza Argentina el sábado 28 de marzo, luego de lo cual emprenderá una gira por Londres, Dublín y varios puntos de España.

-¿Cómo nace "Cuna de piedra"?

-Hace dos años estaba haciendo un brainstorming con el músico Ezequiel Borra y se me ocurrió bajar música celta. Resultó que yo tengo la luna en Capricornio y mi terapeuta, que es astróloga, me recordó que es sinónimo de cuna de piedra, la infancia dura que yo tuve. Y la imagen que representa la cuna de piedra es una celta. Yo hace mucho tiempo estoy jugando con la idea de que desciendo de una maga blanca de la cultura celta, la cual enaltece a la mujer. Son 11 canciones interpretadas con sonidos e instrumentos celtas, como gaitas, arpas y violines. Las canciones son en formato pop y rock, pero con sonidos celtas.

-El disco incluye temas dedicados a Fito Páez, Charly García y a tu gata, Luna. ¿Por qué decidiste escribir canciones para ellos?

-Mi gata Luna falleció hace tres años y es la pérdida más grande que he tenido en la vida, porque para otras, como la de mi padre, estaba preparada. Era mi primera gata, murió joven y de hecho, no fui a una gira mundial con Fito para acompañarla. En el caso de la canción de Fito Páez, surgió durante una gira en Chile, después de una discusión. Somos como hermanos y nos peleamos a menudo. El tema lo compuse al volver a Buenos Aires, a partir de esa discusión. En el caso de Charly, hace mucho que no lo veo y decidí escribirle un tema. También les escribí a mis ancestros. Es como honrar a la gente que me ayudó, a todos los cunas de piedra que han tenido una infancia jodida como yo.

-En Argentina se refieren a ti los medios como "la reina del rock". ¿Eso siempre fue así o te costó encontrar un lugar en el mundo de la música, predominantemente machista?

-En los '80 nadie me jodió. Mis amigos eran fantásticos: Fito, Charly, los Soda, Andrés (Calamaro), es decir el rock de la vanguardia porteña. Ahí estaba también Patricia Sosa y Claudia Puyó, un montón de mujeres dando vuelta. Luchamos todas por todo, pero sin darnos cuenta. Y no eran machistas los músicos, eran machistas los periodistas, que en los '90 me atacaron mucho. Sin embargo, yo lo pasé muy bien.

-Este año harás tu primera gira europea. ¿Por qué decidiste armar este tour?

-Tiene que ver con que estoy limpia y estoy generando una nueva energía. Por eso les digo a todos: no se droguen, no coman muertos, reciclen y traten de iluminarse. Yo predico con mi ejemplo y me doy cuenta que soy una servidora pública, y que tengo que estar acá para transmitir el bien. No a la soberbia, el mundo está peligro y debemos escuchar a las generaciones menores. Hay que reciclar y dejar usar cosas que usamos y hacen daño al ecosistema. Y solidarizo con lo que está ocurriendo en Chile, porque solidarizo con todos los movimientos sociales que buscan la libertad de expresión. No creo en la represión y en la violencia, porque parece que volvimos 30 años atrás. La gente puede protestar y el gobierno debe escuchar.

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