Claudia Cáceres G.

El más sorprendente florecimiento de las últimas décadas podría ocurrir este año en el Desierto de Atacama. Nuevamente las flores aparecerán en las tierras más áridas del planeta, lo que será una postal imperdible para quienes visitan la zona.

Este fenómeno, que ocurre cada cinco o siete años, se ha vuelto recurrente debido a la presencia del fenómeno climatológico El Niño, siendo estudiado no sólo por expertos en el área, sino que también por escolares que haciendo uso de su innata curiosidad, se han transformado en unos verdaderos mini investigadores, dedicados al estudio de aquellos suelos.

Se trata de los estudiantes de la academia científica Alexander Fleming de la Escuela República del Ecuador de Antofagasta, una iniciativa de la biotecnóloga y candidata a doctor Andrea Jara, quien trabaja diariamente con un grupo de 10 niños y niñas de sexto a octavo básico motivados por la ciencia.

El caso de Andrea se suma al de otros profesores de la región, quienes decidieron ir más allá del trabajo en aula para crear un espacio dentro de su establecimiento educacional, en donde realizan investigación científica y/o tecnológica de nivel escolar.

Detrás de estas iniciativas está el seguimiento y apoyo constante del Proyecto Asociativo Regional (PAR) Explora de Conicyt Antofagasta, el cual genera diversas iniciativas para desarrollar la capacidad de apropiación de los beneficios de la ciencia y tecnología por parte de la comunidad y, en particular, de niñas, niños y jóvenes en edad escolar, siendo las academias científicas una de sus líneas de acción.

Así lo explica su directora, doctora Gladys Hayashida Soiza, quien menciona que éstas son importantes para la formación integral de los estudiantes. "Es un trabajo sistemático que se desarrolla fuera del aula de una forma extracurricular, en donde tanto los estudiantes como los docentes desarrollan habilidades genéricas como el trabajo en equipo y comunicación, pero también otras habilidades más técnicas alusivas a la parte científica como el trabajo de investigación, observación, medición y obtención de resultados, haciéndose preguntas, usando su capacidad analítica y de discusión".

Hayashida indica que estas investigaciones llegan a ser de gran calidad, ya que existe un trabajo detrás tanto de los profesores que guían a sus estudiantes, como también de asesores científicos que los acompañan.

Academias

En el caso de la academia Alexander Fleming, los participantes están trabajando con un asesor de la Universidad Católica del Norte. "Este año nuevamente trabajaremos con el Desierto Florido junto a los niños. Ya fuimos a tomar una muestra de estas tierras que ahora están muy fertiles y tenemos un control de otro suelo que no estaba fértil, entonces la idea es ver qué diferencias tienen los unos con los otros y tratar de que el que no esté fértil se convierta en fértil", explica la profesora Andrea Jara.

Dice que en la academia están muy motivados ya que una de las instancias finales es el Congreso Regional Escolar de Ciencia y Tecnología que realiza el PAR Explora de Conicyt, el cual se realiza a fines de octubre.

En éste - al igual que el resto de las academias científicas de la región - los estudiantes mostrarán sus resultados a la comunidad; podrán sociabilizar sus investigaciones con sus pares y serán evaluados para clasificar a la instancia nacional en donde pueden incluso ser premiados para viajar a otros países.

"Este tipo de iniciativas que hace el PAR Explora me parecen súper buenas porque permiten que la ciencia llegue a muchas partes, que se difunda y que motive a los niños. Me enorgullece mucho cuando me dicen que quieren estudiar una carrera científica, que me digan 'profe quiero ser biotecnólogo' porque me escuchan hablar en la academia o se sorprenden con los experimentos que hacemos. Cada vez más amplían sus conocimientos", menciona Andrea.

Hallazgo

Milenka Soto es otra de las docentes motivadas que decidió tener una academia científica. Es profesora de química titulada de la UA y actual encargada de la academia New Science del establecimiento The Antofagasta Baptist College. En ésta trabajan en un análisis de flavonoides y alcaloides extraídos de la flor del cardón.

"Actualmente en básica estamos trabajando con un proyecto de aquaponía, donde a través del ciclo de nitrógeno aceleramos la hidroponía y tenemos plantadas caiguas, berros hidropónicos y lechugas en el colegio y para enseñanza media estamos trabajando con Echinopsis atacamensis, en el Instituto Antofagasta con el profesor Glauco Morales. Hemos descubierto flavonoides que son antioxidantes que previenen el envejecimiento, un hallazgo realizado en julio", explica Milenka.

Agrega que la motivación de los niños que participan junto a ella ha sido excelente, porque "se van enfocando a sus futuras carreras, en lo que quieren estudiar; muchos de ellos descubrieron que les gusta la bioquímica de tanto ir a la universidad y eso me tiene muy contenta".

En tanto en Calama, José Rojo, docente de química y asesor de la Academia de Ciencias del Liceo Radomiro Tomic, trabaja con siete estudiantes de primero a cuarto medio. Dice que este año están terminando dos proyectos en el área de paleontología que serán presentados en la II Expo Ciencia Nacional en Santiago, pero también uno de ellos en el congreso regional del PAR Explora.

"La Academia de Ciencia ha complementado significativamente a los alumnos y alumnas en desarrollar distintas habilidades, entre ellas las blandas y las sociales, que muchas veces quedan postergadas por lo curricular, dejando de lado algo tan significativo y formativo para nuestros estudiantes. Deseamos que ellos mismos busquen su proyecciones futuras en el ámbito profesional, de hecho todos los que han estado en la academia han seguido estudios superiores, tanto en universidades tradicionales, privadas e institutos técnicos profesionales", menciona el profesor que ha sido destacado junto a sus estudiantes en varias oportunidades.

Al igual que él, el resto de los profesores seguirá trabajando junto a sus academias, con quienes sueñan en grande.