Rodrigo Tapia Jara
El sábado recién pasado el buzo mariscador, Rubén Álvarez Sepúlveda, sufrió un feroz ataque de un lobo marino mientras se encontraba trabajando sumergido a más de cuatro metros sobre el nivel del mar en el sector de bahía algodonales.
Según su propio relato ese día estaba extrayendo pulpo en el sector de Caleta Boy cuando se le acercó este gran animal marino y se lo quitó de la mano, por lo que se cambió al sector de las termoeléctricas donde nuevamente llegó un lobo que esta vez le mordió la pierna.
Lamentablemente este caso no es aislado, ya que hace unas semanas atrás otro buzo también sufrió un ataque, José Linares, comentó que los primeros días de agosto estaba en el mismo lugar cuando un lobo le mordisqueo la malla donde tenía los productos que recién estaba sacando por lo que debió botar su mercadería para que lo dejara tranquilo.
Estos no son los únicos casos, ya que Ricardo Rivero indicó que unos lobos se le tiraron al bote y se lo dieron vuelta hundiéndolo completamente en las cercanías del muelle, por lo que no ha podido trabajar hace más de diez días mientras repara la embarcación, con pérdidas solo por arreglos del bote cercana a los 300 mil pesos.
Todos los afectados indicaron que estos no son los únicos ataques ya que en caletas Punta Arenas y Cobija están teniendo el mismo problema.
René Niculcar, presidente del Sindicato de Pescadores de Tocopilla, señaló que cree que el problema radica en que los animales marinos están hambrientos porque no tienen alimento debido a la pesca indiscriminada por parte de las grandes empresas.
Algo que Carlos Herrera, director regional de Sernapesca, negó de plano, "al tratarse de casos puntuales no podemos asumir argumentos de la pesca industrial dentro de las cinco millas, ya que este tipo de conducta la tendríamos en toda la costa donde se encuentran lobos marinos y al parecer el tema es de carácter local en Caletas con un cierto grado de actividad pesquera o desembarque pesquero".
A lo que agregó que "acorde a la experiencia regional, se trata de ejemplares que acostumbran a recibir alimento tanto de las embarcaciones en tránsito como de los limpiadores o vendedores de pescado, presentes en todas las caletas y terminales pesqueros. Los mismos buzos comparten parte de la pesca con estos ejemplares según el propio testimonio de algunos de ellos, que en poco tiempo se han convertido en víctimas de agresiones por parte de los mismos lobos, pero el problema se agudiza cuando el ejemplar adquiere una dependencia de esta forma de alimentación en vez de capturar y cazar su propio alimento, simplemente su grado de interacción con el hombre es tan normal que ya se pierde el temor hacia el hombre".
Unidad de Rescate
Asimismo la autoridad regional manifestó que "se han dado las instrucciones pertinentes (en división provincial de Sernapesca), en términos de hacer las denuncias respectivas y acciones a seguir como por ejemplo que en el caso de necesitar de la intervención de la Unidad de Rescate para posible traslocación de algún ejemplar, estaremos atentos y dispuestos a ello, previo estudio del comportamiento y total identificación del o los ejemplares involucrados".
Otros ataques de estos animales marinos se han registrado en caleta Cobija y Punta Arenas
rodrigo.tapia@estrellatocopilla.cl