Riqueza científica en el Desierto de Atacama
Investigadores locales trabajan con la diversidad de microorganismos que, por ejemplo, dan luces de cómo podría ser la vida si existiese en otros planetas.
El Desierto de Atacama, el desierto más árido de la Tierra, es considerado el mejor sitio del planeta para observar los cielos y desarrollar la astronomía, por lo que allí se han instalado poderosos telescopios que abren una gran ventana hacia el Universo.
Sin embargo, ese extenso territorio no sólo alberga esos grandes aparatos astronómicos, sino que también posee particularidades únicas que llaman la atención de diversos investigadores locales y extranjeros, que aseguran que es una de las zonas con mayor potencial científico y riqueza natural.
Es el caso de un grupo de 15 científicos que trabaja en el Fondecyt "Biosfera rara en ambientes altiplánicos", liderado por la doctora Cristina Dorador, encargada del Laboratorio de Complejidad Microbiana y Ecología Funcional del Instituto Antofagasta de la Universidad de Antofagasta, quien junto a estudiantes de pre y postgrado, además de profesionales y postdoctorados, trabaja en el estudio de los microorganismos de los salares.
Ya se han ganado cinco de estos fondos estatales, el último enfocado en aquellos microorganismos que habitan en el Salar de Huasco, ubicado entre el límite noroeste de Chile y el suroeste de Bolivia a aproximadamente 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar.
"Nos interesa estudiar la diversidad, o sea qué tipo de organismos distintos hay en el salar, en un concepto que se llama 'biosfera rara', es decir, todos los microorganismos que se encuentran en muy baja abundancia. Ya sabemos que están en todas partes, que dominan todos los ecosistemas, pero dentro de ese universo hay unos - que son muy poquitos, pero muy distintos - y eso es lo que nos interesaba encontrar en ese lugar", comenta Dorador.
Dice que si bien este proyecto en concreto lo están realizando desde el 2014 en dicho salar, hace 10 años que se dedican a trabajar en el lugar, como también en otros salares del Desierto de Atacama, remanentes de antiguos lagos de épocas geológicas pasadas.
"Ahora se presentan como lagos que están en procesos de desecación, que es un proceso natural, sin embargo por temas como extracción de aguas o alta evaporación, esos sistemas se están secando mucho más rápido", explica la doctora.
La historia natural, qué organismos viven allí, cómo lo hacen y cómo han sido los procesos evolutivos que han logrado establecer, son parte de las preguntas que el grupo de científicos ha buscado resolver en estos años, ya que - cuenta Dorador - son comunidades biológicas muy particulares, adaptadas a condiciones conocidas comúnmente como "extremas".
Trabajo en terreno
Bernardita Valenzuela, estudiante de doctorado y quien también trabaja con Cristina Dorador, menciona que para obtener las muestras de los salares deben viajar una vez al año hasta esos lugares, en donde cada investigador desarrolla sus propios experimentos.
Al Salar de Huasco y a otras cuencas del altiplano, los investigadores viajaron con un laboratorio móvil para tomar muestras en terreno. "(El vehículo) tiene un generador que permite conectar equipos, entonces podemos trabajar en el lugar. Muchas veces nos topamos con turistas que nos preguntan qué estamos haciendo y les explicamos nuestro trabajo", cuenta.
Además, expresa que conversan con las comunidades de las localidades que visitan, con quienes mantienen buenas relaciones, "ya que ellos también están interesados en conocer cómo nosotros, como científicos, los podemos ayudar a construir un nuevo conocimiento. Hay gente que está interesada incluso en incluir estas visiones científicas a su cosmovisión indígena", menciona Bernardita.
Marte en la tierra
En la Región de Antofagasta se ha detectado la radiación solar más alta del planeta, un tema muy importante que ambas científicas dicen que no se le ha dado el valor suficiente. "Incluso, como habitantes de la zona, deberíamos tener adaptaciones muy interesantes para vivir acá que otras personas no las tienen. Nos falta mucha investigación al respecto", reflexiona Dorador.
Agrega que la mayoría de las personas quizás desconocen todo el potencial científico que tiene la Región de Antofagasta y en general el norte de Chile."Se le da mucha relevancia a temas más bien aplicados como la energía solar o minería. Ésta última ha sido el motor principal de la economía de la zona desde años. No obstante, la región posee una riqueza natural enorme que no apreciamos y estamos lejos de conocerla completamente".
El problema, indica, es que se están perdiendo ecosistemas a una tasa muy alta debido al uso de los territorios por distintos motivos, "es por eso que estamos llegando tarde como científicos a estudiarlos", recalca Cristina.
Dentro de este potencial se encuentra el estudio de cómo sería la vida de existir en otros planetas, ya que hay múltiples trabajos en el último tiempo sobre ambientes altiplánicos análogos a Marte. Cristina Dorador explica que cuando se comparan fotografías que llegan desde la superficie del Planeta Rojo, "uno las ve y dice ¿dónde he visto esto antes? y claro es porque se parece al Desierto de Atacama".
Esa analogía de paisaje también tiene una correlato mineral, pues las rocas de Marte poseen componentes que tiene el Desierto de Atacama. "La última gran noticia fue el reporte de un ambiente de El Tatio, una parte del campo geotermal, que luce idéntico a un mismo subsector de Marte, con estructuras minerales idénticas tanto en composición como en forma. Son ambientes análogos, muy similares, por lo tanto si existiese vida acá asociada a esos ambientes análogos, si se dan esas mismas condiciones, en Marte también la habría. Estamos por descubrir un montón", específica Dorador.
Bernardita agrega que ella realizó su tesis de magíster en el Salar de Llamara y en El Tatio, específicamente sobre organismos que producen gas metano, el cual está presente en algunos planetas, lo que podría ser una fuente de carbono para vida.
"En el planeta sabemos que hay organismos que están relacionados con la molécula de metano, gran parte de su producción es de origen biológico, por lo que la pregunta era si en otro planeta ese gas metano podría ser de origen biológico o no, ya que podría ser una fuente de carbono. Empezamos a trabajar en las comunidades de microorganismos que producen metano en estos sistemas acuáticos del norte de Chile, que son bien particulares y extremos, y eso le interesó a un grupo de la NASA, luego tuve la oportunidad de viajar para allá con ellos", comenta Bernardita.
La científica manifiesta que hay investigadores que nunca han venido al país, pero que conocen el potencial del Desierto de Atacama, "ellos lo tenían clarísimo y la preocupación de cómo en Chile podemos preservar aquello y acá no hablamos de eso. Eso impacta".
En tanto, Cristina dice que es triste ver cómo no existe cuidado en aquellos sitios que son análogos a Marte. "Para que eso ocurra debe haber conocimiento. Si no hay empuje a la investigación científica local con alcance internacional, es difícil alcanzar esos estándares. Vamos a perder ese potencial enorme de desarrollarnos como una región científica. Tenemos un paraíso de la astrobiología".