Claudia Cáceres G. - la Estrella de Antofagasta

Orgullo y felicidad son los sentimientos que rondan entre la comunidad educativa del emblemático Liceo Marta Narea Díaz , ex Liceo de Niñas A-17, ya que el establecimiento obtuvo el único premio del "Ancla de Oro 2017", máxima distinción de Antofagasta que reconoce el trabajo por el desarrollo de la ciudad.

El liceo, que está pronto a cumplir 112 años de trayectoria, fue inaugurado el 17 de julio de 1905 como un internado para las señoritas provenientes de las oficinas salitreras de la región.

En esa época estaba ubicado en calle Carrera, donde hoy se encuentra la Casa Abaroa, para luego pasar a emplazarse en calle Baquedano y posteriormente en Orella (durante el año 1945), en donde actualmente continúa con su tradición.

En todas estas décadas, miles de mujeres se formaron en sus salas de clases, como también lo hicieron hombres que desde los años 90' llegaron para comenzar un establecimiento mixto, pues se impartían carreras técnico-profesionales. En 2011 el liceo volvió a ser científico humanista.

"Cuando fue el cambio a liceo mixto los propios estudiantes diseñaron su insignia porque ésta representa la cara de un niño y una niña, así como también el uniforme escolar. Ellos tuvieron mucha participación para darle identidad al liceo", recuerda la profesora de inglés, Dolly Araya, quien cumple 33 años de docencia en el liceo, mismo en donde cursó su enseñanza básica y media.

"Una de mis profesoras fue la señorita Marta Narea Díaz, quien realizaba clases de francés, luego fue inspectora general y después directora entre 1969 y 1971", recuerda Dolly. En 1987 cambiaron el nombre del establecimiento por el de la directora, quien se caracterizaba por romper esquemas y siempre estar en terreno.

En el liceo también pasaron destacadas figuras nacionales, quienes hoy son parte importante de su legado, entre estas, Gabriela Mistral, el doctor Antonio Rendic y Andrés Sabella.

Reconocimiento

"La distinción la recibimos con mucha humildad, pero con el convencimiento que es una tremenda motivación para seguir haciendo bien la gestión en beneficio de nuestros queridos estudiantes. También soy ex alumna del establecimiento; somos muchos profesores y asistentes que pasamos por aquí, eso quiere decir que le entregamos mucho corazón a la gestión. Nos involucramos porque tenemos mucha identidad con el liceo", comenta la directora y ex estudiante, Jacqueline Gómez.

Además, agrega que el reconocimiento va dedicado especialmente a la ex directora Raquel Martínez, quien falleció hace muy poco, como también a "todos esos alumnos y ex alumnos que no están con nosotros y que algún día pensaron que tendrían un premio como este y también a los que seguimos ligados con el establecimiento, a los profesores de trayectoria y a aquellos jóvenes que se integraron hace poco".

Recuerdos

Diana Ruiz, actual presidenta del centro de ex alumnas del liceo, egresó de allí en la generación de 1957, "en la época de Los Picapiedra", bromea.

Dice que recuerda siempre con mucho cariño al establecimiento que la vio crecer porque "tenía un plantel educacional muy distinguido, ya sea por sus academias de ballet o por un coro fabuloso y mucho más. Todas las ex alumnas no queremos aflojar este cordón umbilical que tenemos con la institución porque queremos rescatar todo aquello que se perdió", cuenta.

Un premio, que expresa, "llegó del alto del cielo y que correspondía desde hace mucho tiempo", indiDiana que en sus años de adolescencia fue reina de la Fiesta de la Primavera que realizaba el establecimiento.

Al igual que Diana, Wendy Chacón, le tiene un especial cariño a su ex casa de estudios, en la que estuvo durante la generación de 1990.

"Recuerdo las convivencias con mis compañeras de curso, a los profesores, el correr por los pasillos, bajar al subterráneo (risas). Fue una muy buena época estudiantil donde el respeto por los demás se notaba bastante, pese al cambio a ser un liceo mixto ya que se mantuvo igual", indica y recalca que "mi hijo menor igual estudió la educación media ahí, por lo que me reencontré con mis antiguos profesores que aún quedan haciendo clases. Nada que decir, es un excelente liceo".

Generaciones actuales

Karina Valdés de 18 años es de la generación 2016 y se suma a los comentarios de las ex alumnas. Expresa que le parece muy bien que el liceo recibiera el galardón ya que "a pesar de sus altos y bajos, es un liceo que ha sabido salir adelante y tener una gran trayectoria de más de 100 años. Se reconoce a los profesores porque gracias a ellos el liceo es lo que es hoy".

Óscar Godoy, profesor de Historia, también está muy contento por este premio al fomento del desarrollo social.

"Me parece que es un justo reconocimiento por parte de la autoridad política hacia nuestra institución, ya que trabaja en aspectos relacionados con la multiculturalidad y la diversidad en cuanto órdenes de origen, aspectos socioeconómicos, entre otros, por lo que me siento muy feliz de pertenecer a esta institución y ser parte de esto".

De aquí en adelante

Jacqueline Gómez, comenta que el Liceo Marta Narea Díaz implementa una gestión basada en el apoyo a los estudiantes y profesores, a través de mucho trabajo multidisciplinario. "Contamos con equipos para niños y jóvenes con necesidades educativas especiales y levantamos proyectos que incluyen a los estudiantes migrantes. Queremos que sea una gestión significativa y potente para ellos y también para sus padres y apoderados".

Uno de los desafíos que tienen es reabrir las carreras técnicas "porque permite a nuestros estudiantes altamente vulnerables insertarse prontamente en el mundo laboral y así ser un aporte en las familias", dice Gómez y agrega que la vulnerabilidad se combate con una buena gestión, por lo que "con este premio la educación pública está de fiesta y estamos agradecidos".

En tanto, Dolly agrega que la principal ganancia que tienen los docentes del establecimiento es la experiencia. "Aquí se valora la educación pública, una que no puede perderse".