"Fit Folk": la perfecta mezcla de ritmos ancestrales con el ejercicio
Hace un par de años funciona en Antofagasta el "fitness folclore", una iniciativa que busca rescatar la música originaria con la actividad física. Michael Oyanadel, su impulsor, cuenta por qué hoy esto tiene cada vez más adeptos.
Con el avance de los tiempos se podría pensar que cada vez nuestras antiguas costumbres comenzarían a perderse. En la música por ejemplo, es común ser atraído por las melodías contemporáneas, pero a veces con el riesgo de dejar de lado las raíces propias que nos hacen identificarnos como una cultura única.
El rescate de ese conjunto de costumbres y tradiciones propias de nuestra tierra, fue lo que motivó a este joven a juntar dos de sus más grandes amores en la vida: la actividad física y el folclore.
¿Pero cómo es posible que ambos conceptos, que aparentemente tendrían poca relación, puedan coexistir y más aún, atraer a la comunidad?
Pues, sí es posible y eso lo demuestra cada semana el grupo liderado por Michael Oyanadel, en donde cientos de personas se reúnen para ser parte de "Fit Folk o Fitness Folclore", nombre de la disciplina que mezcla la práctica de la actividad física, pero mediante la música folclórica.
En palabras simples, imagínese que llega un día a practicar zumba pero en vez de hacerlo con música electrónica como es común, la sustituye por ritmos típicos de la cultura latinoamericana.
Y eso justamente es lo que realizan cada semana decenas de antofagastinos en el Gimnasio 21 de Mayo Guibaldo Ormazábal Flores.
¿Pero de dónde nace esto? Todo inició desde que Michael tenía 14 años, edad en la que comenzó su vínculo con el folclore.
Origen
Michael cursó sus estudios en el Liceo Experimental Artístico, donde siempre estuvo ligado a la música.
"Siempre estuve ligado al arte de alguna forma, pero éste era a través de la música y luego conocí lo que era más relacionado con el movimiento del cuerpo", comenta y agrega que en realidad, el punto de origen fue el amor.
"Me enamoré de una persona que hacía folclore y danza latinoamericana y me encanté de nutrirme de eso. Estuve bailando en muchas agrupaciones folclóricas, creo que en un año estuve hasta en ocho grupos", dice.
Ya con esto, sólo faltaba la segunda parte y la encontró cuando estaba pensando cuáles serían sus estudios superiores. Por eso , no lo dudó y decidió estudiar pedagogía en educación física en la Universidad de Antofagasta.
Oyanadel recuerda que era común que a los recién ingresados les preguntaran cuál era el deporte que más les gustaba y que practicaban. Pero él no tenía dudas: "mi deporte es el folclore", siempre fue su afirmación.
"Soy un cero a la izquierda para los deportes y decía que el folclore es mi deporte porque bailaba y sudaba todo el día. Entonces desde ahí comenzó a nacerme la chispita de poder hacer folclore de una forma más profesional, como enseñanza pedagógica y fitness", añadió Michael, quien también es profesor de danza en la Universidad Católica de Antofagasta y el director del Conjunto Folclórico de esta casa de estudios, el Cofua.
Ritmos
De esta forma y hace cerca de tres años nace "Folclore Fitness", donde el objetivo principal es el fomento en la comunidad a través de la música, de la rica diversidad folclórica que posee Latinoamérica.
De esta forma, un público compuesto por jóvenes, trabajadores, dueñas de casa, niños...todas las edades, son quienes lunes, jueves y viernes desde las 19:00 se congregan en el Gimnasio 21 de Mayo del Instituto Nacional del Deporte (IND) para dar vida a esta iniciativa. Estas clases son abiertas y gratuitas para todos los que tienen ganas de quemar calorías y al mismo tiempo aprender de nuestras raíces.
En los parlantes comienzan a sonar distintos ritmos, que pueden ser cumbia colombiana, diablada, cuecas, kacharpaya, tinkus, vallenatos, samba, chacarera, entre otros. Las posibilidades para disfrutar de algún sonido típico, son infinitas.
Para enganchar, la técnica escogida fue seleccionar agrupaciones de música folclórica que adaptan los sonidos más típicos a melodías más actuales. La idea es que los participantes de las clases puedan sentirse atraídos con la música y motivados para realizar la sesión de actividad física.
"Al folclore generalmente la gente lo mira de alguna forma como algo de los abuelos o algo antiguo, pero no es así. Hay muchos grupos folclóricos que son buenísimos a nivel latinoamericano, pero no son muy conocidos o son poco difundidos. Entonces difícilmente alguien del norte va a escuchar un grupo de cueca de Concepción por ejemplo, que hace cueca con guitarra eléctrica y batería y le da un toque más actual", añade el profesor de educación física.
Así, Michael dice que esta fórmula ha dado resultados porque los asistentes se motivan y cada vez indagan más sobre grupos que se encargan de la difusión de música originaria y también crece el interés en los respectivos ritmos latinos.
De hecho, sólo a nivel de nuestro país la diversidad cultural que se extiende desde la zona norte hacia el extremo sur, es tremenda.
"Chile tiene una tremenda diversidad cultural, pero el folclore no es muy difundido en este país. Cuesta un poco que la gente llegue al folclore, excepto en Fiestas Patrias y ésta es una manera de promover la cultura de nuestro país a través del ejercicio, es decir una forma diferente. Mi idea es que la gente no se identifique bailando zumba, sino que baile folclore. Que aprendan por ejemplo, que el chilote pueda bailar algo del norte o que los nortinos bailen algo de la Isla de Pascua ", agrega.
Si bien la idea del Folclore Fitness no es algo exclusivo de nuestro país porque existen registros de la práctica (o bien, baile entretenido mezclado con música folclórica) de esta disciplina hace algunos años en otras tierras sudamericanas, en Chile Michael es pionero en lo que se refiere a la implementación y difusión de este estilo de fitness.
Y es esa difusión por distintas zonas el próximo paso a seguir para el equipo de "Fit Folk", por lo que durante las siguientes semanas está programada una gira con clases en otras ciudades del país, como es el caso de Concepción y Punta Arenas, pero también hacia el norte por Arica y pueblos del interior de esa región.
"Siempre trato de llevar el folclore a la actualidad, porque para mí debe tener una evolución para que tenga persistencia en el tiempo o sino, muere", reflexiona Michael Oyanadel sobre su método para mantener vivas a través de la música, nuestras raíces rítmicas.