El trabajo detrás de los sublimes mosaicos de Antofagasta
Un grupo de vecinas que sin experiencia previa, se entregaron a la labor de crear bellos murales para decorar la ciudad.
Cristian Castro - La Estrella de Antofagasta
Nadie en la ciudad ha quedado indiferente ante tal demostración de colores, detalles y belleza. Verdaderas obras de arte que decoran muros públicos y ocultos de Antofagasta absorben hasta la mirada del más distraído transeúnte.
Para ser específicos, hablamos de los geniales mosaicos que hace algunos años comenzaron a hermosear distintos puntos de la ciudad, y que lejos de ser creados por profesionales del área, son realizados por esforzadas mujeres que un día decidieron aprender el riguroso arte de cortar la cerámica.
Exitoso proyecto
Los talleres de mosaicos, que fue integrado hace dos años dentro del programa de arte y cultura de Dideco, se viene realizando desde el 2009, año en donde se comenzó con los trabajos para entregar estos magníficos murales a los barrios más apartados de la ciudad.
"Mi idea fue llevar un plan de hermoseamiento para la comunidad, en donde se pudiesen recuperar los espacios públicos por medio de la creación murales, así que presenté este proyecto que gustó tanto, que se ha realizado exitosamente a lo largo de las dos administraciones del municipio", detalló Franz Reimers, gestor y director del proyecto.
Es entonces que bajo el proyecto de Raimers, un grupo de jefas de hogar comienzan a adentrarse poco a poco en el arte del mosaico, aprendiendo primero bajo la tutela de expertos, para después expandirse a nuevas técnicas bajo su propia experiencia.
Sara Gómez se integró al programa hace 4 años, empezando a participar en talleres que se realizaban en su barrio donde comenzó a adquirir la experiencia necesaria que le llevó al poco tiempo a crear su propia técnica.
"Poco a poco me fui encantando con esta práctica, y no sólo yo sino que muchas personas que me ha tocado conocer en estos talleres, quienes sienten que están realizando un gran trabajo, por lo que ponen todas sus ganas para que los murales salgan a la perfección", cuenta la mujer mientras traza las líneas de su siguiente creación.
Uno de los valores de este programa -que actualmente a grupa a 7 personas- es la instancia que entrega a sus participantes de desarrollar sus habilidades artísticas, las cuales al largo plazo resulta una verdadera terapia.
"Aquí han venido personas con depresión, con estrés o simplemente atribuladas a participar en la creación de murales, y al tiempo comienzan a recuperarse anímicamente, debido a que la práctica en sí de este trabajo ayuda a la concentración y al relajo", dice Gómez.
La misma opinión comparte el vecino Sergio Salvatierra, quien lleva poco tiempo dentro del programa pero que ya se siente parte de un equipo que cada día le invita a ser parte de las majestuosas creaciones que serán legadas a la comunidad por este grupo de vecinos, "me agrada aprender este tipo de manualidades, pero también me gusta compartir con sus integrantes", cuenta.