Redacción
Desde mediados del año pasado que la ciudad de Antofagasta comenzó a sentir el impacto de la caída del precio del cobre, uno de los principales sostenedores económicos del país.
Y hasta hoy, la suma de las consecuencias que ha traído la desaceleración económica nacional en la región, puede ser resumida en dos variables: desempleo y baja inmobiliaria.
Desempleo
Según el Instituto de Nacional de Estadística (INE), en la región, y sólo en el sector de la minería, se han perdido más de 6.480 puestos de trabajo debido a la estrepitosa caída del metal rojo. Recordemos que desde que comenzó la baja del mineral, en al menos 7 de los 16 grandes yacimientos en la zona se ejecutaron medidas de reducción en las cuales se tuvo que recortar la dotación de trabajadores, mientras que otras plantas se limitaron simplemente a cerrar sus instalaciones, como el yacimiento minero de Michilla, el cual puso fin a sus faenas a fines de noviembre del 2015.
Debido al depresivo panorama, después de años de liderar a la región como el sector que mayor empleabilidad -y mejor remunerada- entregaba a la gente, minería pasó a segundo plano, quedando como el principal empleador de la zona el comercio. Respecto a esto, el director de la Cámara de Comercio de Antofagasta, Antonio Sánchez, manifestó a El Mercurio que "la industria minera significa el 70% del PIB de la región y su desaceleración está impactando en el resto de los sectores productivos".
Estas declaraciones son a su vez ratificadas por Roberto Illanes, gerente de Finning Antofagasta, el principal proveedor de equipos y maquinarias Caterpillar para la minería, quien también manifestó que "hace 20 años no se veía una desaceleración como la que está ocurriendo hoy. Las ventas han sufrido una caída cercana al 20% y se espera que en 2017 recién comiencen a repuntar", aclaró.
Arriendos
El impacto de la desaceleración minera también ha impactado visiblemente el sector inmobiliario, las empresas proveedoras y el comercio.
"En nuestra región observamos que el ajuste de la inversión en el sector inmobiliario ya se hizo por parte de las empresas. Venimos con una relentización de la economía desde el 2013. Ya en el 2014 vendimos 1.300 viviendas, y las actuales futuros proyectos están disminuidos en su inversión en un 50%", dijo al Mercurio Thomas Muller, presidente de la Cámara de Construcción de Antofagasta. En paralelo, la desaceleración también ha afectado el mercado automotor y el flujo de los pasajeros en el aeropuerto, el segundo con mayor tráfico del país bajó en 42 mil personas en un solo año.