¿La elección argentina implica el fin del populismo?
La caída del Kirchnerismo en Argentina eventualmente podría significar el principio del fin de los gobiernos populistas de la región. Ello dependerá, primeramente, de los resultados que pueda obtener el propio Macri en Argentina.
Y la verdad no lo tiene fácil. Él ha sido electo mediante un pacto electoral entre radicales, liberales y otros partidos políticos, que no se sabe si prosperará. Podría generarse un gran roce entre liberales y radicales.
A ello se suma que la gran mayoría del país, al menos respecto del gobierno federal, estará en poder de los peronistas. Si el peronismo sigue la senda Kirchneriana de Cristina Fernández, seguramente la oposición puede hacer que el país sea ingobernable.
Y para ello la línea dura del peronismo contaría con los sindicatos y el Congreso. Lo esencial será que Macri pueda implementar, desde un comienzo, un ambicioso programa de reformas económicas, por cuanto sus políticas, seguramente, no serán cuestionadas al comienzo del gobierno.
Un segundo aspecto, que puede inclinar la balanza contra los gobiernos populistas, es la suerte de los influyentes gobiernos de Brasil y Venezuela. Las elecciones en Venezuela son absolutamente determinantes, ya que si hubo fraude electoral la región deberá tomar la decisión de aplicar la cláusula democrática, no solo del MERCOSUR, Bolivia y Chile (Protocolo de Ushuaia), sino también el acta democrática interamericana (de 11 de septiembre de 2001).
A ello se sumará que la caída del precio de los "commodities" podría mantenerse o acentuarse, lo que no solo afectará a los regímenes populistas, sino también a toda la región en su conjunto. Ello, naturalmente, influenciará en los gobiernos, desde que se requerirá de impopulares políticas de ajuste para salir del atolladero en que los gobiernos populistas dejaron a la región. En dicho proceso, la tentación -como se pudo ver en Grecia- es que los ciudadanos comiencen a echarles la culpa de las restricciones económicas a los gobiernos de tilde ideológico contrario a los de ideología populista.
Por ello, la elección de Macri, aunque alentadora para los que no compartimos el imperante pensamiento populista, splo nos abre una pequeña luz de esperanza en que nuestra atribulada región retome la senda de crecimiento económico y combata a la pobreza.
Rodrigo Barcia Lehmann
profesor investigador
Universidad Finis Terrae