Cartas
¿Quién dice la verdad?
Estimado director: Escribo por las últimas declaraciones del obispo Juan Barros de Osorno en la Corte de Apelaciones de Valdivia, como testigo en demanda civil en contra del Arzobispado de Santiago por el caso Karadima, las que se caracterizaron por ser evasivas y ambiguas. En resumen, negando su presencia y participación "in situ" cuando Karadima se liberaba de su sotana y se transformaba en abusador dentro de los dominios de su bosque.
Todo esto mientras vecinos de Osorno con pancartas y gritos hacían sentir su única petición en las afueras de la corte, que renuncie...
Además considerando los testimonios de Hamilton, Murillo y Cruz, quienes como víctimas directas de los abusos siempre han situado en cuerpo presente como participante y observante al obispo Barros de los desbordes pasionales de Karadima, dichos que han mantenido durante todo el tiempo desde que se hicieron públicos estos hechos.
Si a lo anterior le agregamos las intervenciones del Papa Francisco avalando al obispo Barros, criticando a los osorninos, las declaraciones y mala memoria del cardenal Ezzati, y por último, la condena de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano a Karadima por abusos a menores a "una vida de oración y penitencia".
Visto lo anterior y considerando los respaldos académicos, éticos y morales de cada uno de los participantes citados, sin lugar a dudas es muy pertinente hoy preguntarse a estas alturas del caso Karadima ¿Quién o quienes dicen la verdad? La pregunta toma extrema relevancia cuando uno de ellos es nada más y nada menos que Francisco, el líder pastoral de la Iglesia Católica, quien para muchos con su decidido apoyo a Barros, mostró su lado más terrenal en perjuicio del celestial que esperaban las víctimas de Karadima y los osorninos católicos.
Luis Enrique Soler Milla
Más áreas verdes
En el último tiempo, Tocopilla ha tenido cambios sustanciales en cuanto a infraestructura. Tenemos una nueva plaza y otros espacios que de a poco han ido creciendo.
Pero nos faltan mayores áreas verdes, para así tener hermosas postales de la ciudad, que lamentablemente vive bajo el humo de las chimeneas de las empresas generadoras de electricidad.
Claro, es un tema histórico, pero que pueden ayudar a solucionar todas las autoridades, sin importar colores políticos.
Francisco Contreras