Carta abierta a Diálisis
Señor director: Quisiera contestarle a don Carlos Castro sobre su equivocada opinión sobre Diálisis.
Lo que pasa es que usted está ciego. Usted dice que dentro de Diálisis se ven muchas cosas malas. ¿Con qué ojos ve las cosas que allí ocurren, que hay poca atención para nosotros? La mayoría estamos bien.
Sobre los celulares sí que usted tiene razón, estos suenan y es verdad, porque nuestras familias preguntan por nosotros: cómo estamos, cómo y a qué hora salimos, si salimos bien o mal, y eso hay que contestarlo señor Castro.
Usted dice que no hay pacientes, porque primero están los celulares. Eso es falso, porque todo el personal no contesta el teléfono y uno nunca está solo, y según su errada opinión, todos en Diálisis juegan con el celular, otra falsedad más.
Si así fuera, dígame entonces ¿quién lava los instrumentos que ocupamos nosotros?, ¿quién prepara las bandejas?, ¿quién pone en orden en el libro de vida de nuestro proceso? Las máquinas jamás suenan y suenan, como dos veces y ya, el personal siempre está encima de uno.
Usted dice que cuando uno llega con peso de más se enojan y nos retan, jamás he escuchado que reten a algún paciente.
Señor Carlos Castro, usted dice que están para cuidarnos, pero si nosotros somos los que tenemos que cuidarnos. No tomamos mucho líquido.
Usted habla de calambres, de los kilos que llegamos de más, entonces ¿de quién es la culpa, del personal o de nosotros por no cuidarnos?
Usted quiere preguntarme cuáles son los privilegios que nosotros tenemos, se lo voy a contestar por su mala memoria.
Siempre están atentos cuando terminamos de tomar tecito, nos sacan las bandejas de nuestros sillones para que no estemos incómodos. Siempre preguntan cómo nos sentimos y nos tapan cuando nos quedamos dormidos.
Cuando nos acalambramos, ahí están y nos frotan con alcohol para que nos recuperemos. Y así quisiera decirle muchas cosas más.
¿Usted habla de los médicos? Es cosa que golpee la puerta y ahí están, nunca nos dejan solos.
Eso que usted critica es de mala leche, es ser mal agradecido y afirma que hay que pensarlo bien antes de dar una opinión. Yo lo pienso bien antes de criticar o dar mis agradecimientos.
Señor Carlos Castro, las cosas se dicen por su nombre verdadero, no con nombres falsos. Lo he bucado dentro de los listados y en la carpeta de los dializados, pero usted no está entre ellos.
Soy el tesorero de la Agrupación de Crónicos Renales "AER, deseos de vivir" y no lo encuentro.
Señor Castro, eso es una cobardía, esconderse detrás de otra persona.
El privilegio más grande es que nos dializamos en casa.
¡Arriba Diálisis de Tocopilla!
René Figueroa Vivian
un crónico renal