¿Qué hemos aprendido?
Decir que Chile es un país azotado por la naturaleza, a esta altura no es ninguna novedad. Hemos visto estos últimos tiempos cómo la naturaleza ha sembrado dolor, pérdidas humanas y materiales, y muchas preguntas que son recurrentes cuando nos enfrentamos a estos desastres: ¿Estamos preparados?
Para la autoridad y ciudadanía en general no es posible estar en conocimiento de que en cualquier momento nos enfrentaremos a una catastrófe natural, sino que este conocimiento debe internalizarse, asumiendo que hay que prepararse. Con esto quiero decir que frente a lo que está sucediendo en el país, el terremoto tan anunciado para el norte de Chile puede estar más cerca de lo que creemos.
Con esta afirmación no quiero ser catalogada de extremista, o de querer sembrar temor, solamente estoy siendo realista. De tanto escuchar, leer y participar en simulacros ¿Hemos internalizado el conocimiento adquirido?, ¿Estamos los ciudadanos preparados para ello?, ¿La autoridad tiene un plan real y concreto?
Es necesario que en cada hogar exista un plan familiar frente a esta posibilidad, teniendo a la mano lo necesario para los primeros momentos de la emergencia, donde además de contar con la logística pertinente, cada integrante sepa cómo actuar en los diferentes escenarios en que puede sorprendernos la emergencia.
Lo mismo debe realizar la autoridad, que tiene la responsabilidad de reaccionar operativamente en el momento oportuno.
Tocopilla tiene a su haber dos terremotos en los últimos cincuenta años, siendo el último de gran magnitud, con los resultados que todos conocemos, y que gracias a Dios ocurrió en el día, que si hubiera sido de noche otras consecuencias hubiéramos tenido.
Es por ello es que la autoridad comunal y provincial debieran analizar responsablemente esta posibilidad. Y al decir "responsablente" no significa a que no lo hayan hecho, sino que el comité comunal y provincial debe estar conformado por personas que han recibido información y asesoramiento de profesionales expertos para que la capacidad de reacción sea eficiente.
La ciudad debiera estar sectorizada y a cargo de una persona preparada y con las competencias necesarias, y aquí utilizo el término como la capacidad de integrar y activar el conocimiento, habilidades, actitudes y valores para ello.
Debieran generarse proyectos para contar con los elementos necesarios para asumirla, contar con las empresas privadas y su capacidad de apoyo en el momento, y contar con un organigrama horizontal, donde cada cargo esté delimitado e implementado.
Con este somero análisis quisiera solamente aportar un grano de arena.
Atentamente,
Rosa Cortés Galleguillos