Taltal no tendrá agua durante los próximos diez días
"Por favor, no están mandando nada para arriba", le rogaba entre lágrimas una vecina a un efectivo militar que custodiaba la llegada de un camión con cientos de envases de agua embotellada, en Taltal. Desde que los ríos de lluvia desaparecieron de la ciudad y las enormes maquinarias intentan despejar las embarradas calles, la preocupación más grave en la comuna es la dramática falta de agua potable.
Lo peor, es que arriba, en la cordillera de la costa, el enorme ducto que abastece de agua a Taltal está destrozado, y hay que reemplazarlo. "Hay una rotura gigante, en un tramo muy largo el agua socavó y se llevó la carretera completa. Y para eso se necesita tiempo", explica el alcalde Sergio Orellana, quien ayer monitoreaba la emergencia desde un albergue donde se armaban canastas familiares para los taltalinos.
Si bien las cosas se normalizan en la ciudad mientras dura la zona de catástrofe, ya se comienzan a sacar cuentas de lo que dejó el aluvión del jueves pasado. El alcalde estima que al menos 30 casas deberán ser demolidas (aunque dependen de la autorización del Minvu), y 112 refugiados seguían en los albergues destinados por el municipio. "Vamos a tener que armarnos de paciencia", explica el teniente coronel José Bustamante, comandante a cargo de las fuerzas militares que tomaron el orden de la ciudad.
Para poder paliar la emergencia en lo que a agua se refiere, el municipio con ayuda de varias empresas tiene camiones aljibes distribuyendo el vital elemento. Ayer llegaron 30 mil litros, y enviaron 18 mil a Paposo, caleta que sufre la falta de agua (ver página 8).
En los refugios municipales, la ayuda llega de todas partes. Bajo un toldo, la ropa que reciben los taltalinos está clasificada hasta por edad. Carteles como "Ropa de bebé" le indicaban a los damnificados dónde podían buscar vestimenta, porque aquí es común ver a las personas con los pies embarrados, reflejo del arrollador paso del barro.
Por lo menos, en las calles se ve esperanza. Los camiones que reparten la ayuda se distribuyen por la ciudad mientras los vecinos sacan el barro de sus casas. "Nos sigue llegando ayuda, el 70% lo hemos distribuido en los camiones", explica el comandante Bustamante. Mientras tanto, sólo queda lo que él comenta, que es armarse de paciencia, porque el retorno del agua, lo más necesario, tendrá que esperar varios días más. J
Personal de la Armada pudo contactarse con la gente que vive en las caletas alejadas de la comuna, como El Cobre y Vicuña. Desde ahí retiraron a 13 evacuados, entre ellos una guagüita de un año de edad. "No tenían ningún tipo de peligro, pero si pudimos verificar que la gente tiene comida para dos semanas, no tenían problema", cuenta el comandante Bustamante.
l Ignacio Araya-Chanqueo