A las reas le abrieron el portón
lLas reas salieron por la puerta de atrás. Le abrieron el portón. Fue un acto de buena voluntad. Un gesto. Algo que habla bien de los gendarmes. Ellos salvaron su pellejo, primero. Se fueron. Nadie sabía que iba suceder. Todo el barrio gritaba. La Puntilla, el barrio, está en una zona de inundación.
Minutos después que se produjo el terremoto en Iquique, 322 reas escaparon de la cárcel de Iquique. No está claro qué sucedió. La condición era regresar, dicen. Si las cosas pasaban a mayores la urgencia era simplemente sobrevivir. No sucedió lo uno ni lo otro. Muchas de las reas regresaron ayer; de las otras, quién diablos sabe. Por suerte el tsunami fue leve, no obstante igualmente cubrió el terminal de buses, ubicado en un vértice de La Puntilla.
Carlos Soto, 63 años, trabaja hace 20 años en el kiosco que está frente a la actual cárcel de mujeres de Iquique. Está convencido que los gendarmes hicieron una acto de buena voluntad pues nadie sabía que iba suceder.
Cuenta que la mayoría de las chicas están por tráfico de drogas. Percibe un buen ambiente al interior, pero no exento de problemas. Una cárcel es una cárcel, dice.
Antes el recinto acogía la cárcel de varones. Carlos recuerda el incendio que costó la vida a 26 presos, en 2001. Fue terrible, dice.J