Cartas
Chile y las lluviasPapa en Chile
Estimados director:
Ante la futura visita del Papa Francisco al sur, centro y al norte de Chile surge la interrogante ¿Cómo logrará conciliar en sus homilías algunos temas, tales como la solicitud de dirigentes del pueblo mapuche de que pida perdón por la intervención de la Iglesia Católica en sus comunidades hace más de 500 años y a la vez los indemnice adecuadamente, con la quema de iglesias, con el deseo de los "huincas" de tener paz y seguridad ante los brotes de violencia, con las críticas de los fieles de Osorno por la mantención del obispo y por haberlos tratado de "tontos" por sus rechazos, por su postura tan condescendiente y tan aplaudida por Evo Morales por la demanda boliviana, por todos los casos de abusos sexuales acometidos por curas en nuestra patria y que aún se mantienen en el lado oscuro de la Iglesia Católica que él lidera desde el Vaticano y que prometió iluminar apenas fue nombrado Papa, por citar solo algunos?
Luis Enrique Soler Milla
Han pasado 16 años desde que entramos, con grandes esperanzas, al Siglo XXI. En ese entonces, se prometía que Chile sería un país desarrollado para el 2020.
Ha transcurrido el tiempo y nos preguntamos ¿Qué ha pasado? o ¿Qué hemos hecho para estar igual? La verdad, no se ha avanzado mucho en temas de calidad de vida y cuidado del medioambiente, aunque han sido muchas las firmas de protocolos, intenciones y buenos discursos.
Sin embargo, el reciente frente de mal tiempo vuelve a mostrar que en el país existe una fragilidad inmensa frente a fenómenos naturales normales, que hace 50 años no causaban el daño de hoy.
Desde la Arquitectura debemos tratar la emergencia como un fenómeno cada vez más presente y recurrente. Por ello, es fundamental enseñar y aprender a enfrentar con mejores acciones esos eventos. Debemos entender que, primero hay que reconocer las amenazas, luego prevenir para mitigar los efectos y más tarde, encontrar respuestas para recuperar o en casos más extremos, reconstruir. Suena lógico, pero no sucede mucho.
Hoy, un evento de lluvias con viento puede dejar parte de la población inundada, sin servicios básicos o con pérdidas de vidas humanas. Lo más preocupante, es la escasa capacidad de reacción ante las circunstancias, donde estamos más cerca de encontrar a los culpables, que de obtener soluciones.
Uwe Rohwedder G.